En el Siglo XVIII, con la subida al trono de España de los Borbones, se inició una etapa de profundos cambios en la España de la época, cambios que incluirían el todo necesitado servicio postal. Mejorar el Correo era una prioridad necesaria si España quería avanzar, y en 1716 se establece que este servicio seria “….de todos y para todos…”. Una vez establecido este servicio postal como algo “público”, las reformas se fueron promulgando una tras otra, en base siempre a las necesidades que iban surgiendo.
Hoy puede resultar impensable que metidos ya en el Siglo XIX e incluso principios del XX, el recibir una carta, el que nos lleguen mensajes de cualquier tipo, fuese algo que necesitaba de su tiempo. Hoy con las nuevas tecnologías, los mensajes llegan lo que puedas tardar en darle a la tecla (siempre que la cobertura sea la correcta), e incluso así nos parece que la demora es eterna. Ni parecido a lo que ocurría a mitad del Siglo XIX, cuando en muchas zonas de nuestra geografía, el correo llegaba tan solo una vez a la semana, hasta que se estableció el reparto diario.
Cartero de Maó. Principios del Siglo XX
Siendo Director de Correos, D. Luis Manresa, se dicta una Real Orden de fecha 12 de mayo de 1857, en la que la Reina Isabel II establece un nuevo servicio de “buques de vapor” que servirán la conducción de la correspondencia entre la península y las Islas Baleares, con “…dos expediciones semanales…”. Estas 2 expediciones postales marítimas, y sin especificar los días, la Orden cita que una de ellas será desde Barcelona y la otra desde Valencia.
La Orden además destaca esta nueva situación para el correo en las Islas Baleares, como “…notable mejora…”, e invita a que para aprovechamiento de ello se reorganice la conducción del correo dentro de las mismas islas, añadiendo que hasta ahora este reparto entre poblaciones es “…casi nulo…”.
Diligencia de época para el transporte de viajeros y probablemente también del correo
Antes de 1857, en las Baleares existían únicamente las Estafetas de Palma y Maó, y muy posiblemente otra en Ibiza, dato este último sin poderlo constatar. A partir del la Real Orden del 12 de mayo de 1857, todo cambió en las Islas. Por mandato Real, se establecieron una serie de nuevas conducciones (de las que hablaremos en otro momento), que llevaron la correspondencia a casi todos los rincones de Mallorca, Menorca e Ibiza.
Carta fechada en Maó dirigida a Francia. Febrero 1899
Corría el año 1858 y la prensa de la época incluso la Gaceta de Madrid, hacía público las Condiciones bajo las cuales se sacaba a pública subasta la conducción “Diaria”, de ida y vuelta, entre Mahón y Ciudadela, que además y por contrato quién se dispusiese a realizar el trayecto, debía pasar por las poblaciones de Alayar, Mercadal y Terrerías. Este itinerario ya estaba establecido con anterioridad, pero no era algo que los habitantes de estas poblaciones pudieran disfrutar a diario. El recorrido de ida (ó vuelta) se ha de satisfacer en unas 5 horas, según establece el pliego de condiciones, pudiendo estar penalizado cualquier retraso no justificado hasta con 40 reales de vellón por cada media hora de retraso.
Esta conducción dependerá de la Administración Principal de Correos situada en Palma de Mallorca, y el contratista ha de poseer suficiente “Caballería” y bien situada a lo largo del trayecto para llevar a cabo el cometido, por el cual el contratista recibía anualmente un importe no superior a 11.000 Reales de Vellón.
Esta “·conducción” o ramal que el correo establecía para un mejor servicio postal, viene a unirse a las muchas conducciones que en toda España fueron creándose a lo largo de la 2ª mitad del Siglo XIX. Son pinceladas de la Historia del Correo que bien merecen conocerse, y que será nuestra obligación dar a conocer para que el Correo forma parte importante de la Historia, de cualquier rincón de España.
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
No hay comentarios:
Publicar un comentario